La final del Trofeo de la JCCM de Fútbol Sala Femenino, prevista para este miércoles 4 de diciembre, se ha convertido en el centro de la polémica tras la decisión de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM) de programar el partido en el Pabellón Municipal de Chiloeches, obligando al Almagro FSF, que ejercerá como equipo local, a desplazarse 250 kilómetros para enfrentarse al equipo anfitrión, Chiloeches, en su propia cancha.
Esta situación, calificada de “injusticia sin precedentes”, ha generado un profundo malestar no solo en el Almagro FSF, sino también entre sus aficionados, quienes han denunciado públicamente el atropello que consideran fruto de una falta de neutralidad en la organización del torneo.
Neutralidad y equidad en entredicho
El reglamento no escrito de las competiciones deportivas establece que las finales deben disputarse en campos neutrales, considerando la geografía y las circunstancias de ambos equipos. Sin embargo, la decisión de la JCCM de otorgar una ventaja directa al Chiloeches rompe con esta premisa fundamental. Según el grupo de aficionados del Almagro FSF, este fallo no solo perjudica al equipo encajero, sino que también mina la credibilidad y la imagen del fútbol sala femenino en Castilla-La Mancha.
Los aficionados señalan que esta situación no tendría cabida en el fútbol masculino, donde los estándares organizativos son mucho más estrictos. Además, critican que la JCCM haya notificado la fecha del partido con apenas cuatro días laborables de antelación, complicando aún más la logística para las jugadoras del Almagro FSF, muchas de las cuales tienen compromisos laborales.
Una queja colectiva y argumentada
En un comunicado difundido por la afición del Almagro FSF, se denuncian cinco puntos clave sobre el manejo de esta final:
- Falta de planificación adecuada: La notificación tardía del encuentro imposibilita que las jugadoras puedan reorganizar sus agendas personales y laborales.
- Elección de sede injusta: Obligar al equipo local a jugar en la cancha del rival directo es un acto que demuestra una clara falta de neutralidad.
- Desinterés por el deporte femenino: Según los aficionados, este tipo de decisiones refleja la escasa consideración hacia el fútbol sala femenino, algo impensable en las categorías masculinas.
- Inacción de la FFCM: La Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha no ha actuado con la firmeza necesaria para exigir a la JCCM una solución justa.
- Pérdida de prestigio del torneo: La organización deficiente pone en riesgo la seriedad y continuidad del campeonato.
Respuesta del Almagro FSF y próximos pasos
El Almagro FSF no permanecerá en silencio ante este escenario. Este lunes, el club recibirá la notificación oficial de la JCCM sobre la organización del partido y presentará un escrito formal expresando su disconformidad. En dicho comunicado, el club encajero exigirá una revisión inmediata de la sede y una reorganización acorde con los principios de equidad y deportividad.
Impacto en el deporte femenino
Más allá del perjuicio inmediato al Almagro FSF, este caso pone de manifiesto los desafíos estructurales que enfrenta el deporte femenino en términos de organización y reconocimiento. Los aficionados recalcan que decisiones como esta frenan el crecimiento de la categoría, ignorando el aumento en el número de jugadoras y seguidores.
Un llamamiento a la reflexión
Con la final programada para este miércoles, la controversia sobre la sede y la gestión del torneo pone en tela de juicio el compromiso de las autoridades con los valores deportivos. Tanto la JCCM como la FFCM deben reflexionar sobre el impacto de sus decisiones y priorizar la imparcialidad y el respeto hacia todos los equipos participantes.
El Trofeo JCCM de Fútbol Sala Femenino debería ser una oportunidad para celebrar y promover el talento deportivo de Castilla-La Mancha, no un escenario de injusticias que desmotivan a jugadoras, clubes y aficionados.
