La tensión política en el Ayuntamiento de Ciudad Real alcanzó su punto crítico este jueves, cuando Ricardo Chamorro, representante de Vox, anunció su versión de los hechos de la ruptura de la coalición de gobierno con el Partido Popular (PP). El detonante: la distribución de un panfleto con “perspectiva de género” en colegios concertados, un acto que Vox califica de “adoctrinamiento a menores” y que el PP defiende como parte de sus competencias.
El conflicto: Un panfleto que dividió al gobierno
Chamorro relató en rueda de prensa cómo el descubrimiento de un material educativo, entregado a niños para colorear “definiendo tipos de familias”, generó una crisis, al parecer sin retorno. Según Vox, el documento –distribuido por la Concejalía de Igualdad– vulnera el derecho constitucional de los padres a educar a sus hijos y excede las competencias municipales: “Ningún ayuntamiento debe definir qué es una familia. Eso corresponde a las familias, no al Estado”.
La gota que colmó el vaso fue la negativa del PP a retirar el material tras un acuerdo inicial en una reunión de coordinación. “Se nos dio la razón, pero al día siguiente la Concejala de Igualdad incumplió lo pactado”, denunció Chamorro, quien acusó al alcalde Cañizares (PP) de actuar con “deslealtad” y ceder a presiones de “personal eventual que no fue elegido por los ciudadanos”.
Negociaciones fallidas y una “traición anunciada”
Vox asegura haber intentado salvar la coalición hasta el último minuto, incluso ofreciendo la renuncia de Chamorro como gesto de “estabilidad”. Sin embargo, el PP habría actuado con un “guion preescrito”: “Esta mañana, sin reunirse con nosotros, ya habían eliminado nuestras delegaciones y preparado nuevos concejales”, reveló el portavoz de Vox.
Chamorro criticó la “irresponsabilidad” del PP al romper un gobierno que garantizaba mayoría absoluta (15 concejales) y arriesgarse a un escenario de minoría con el PSOE. “El alcalde está mal asesorado. Prefiere el aplauso de la izquierda que defender los principios de libertad educativa”, sentenció, en referencia al apoyo público del PSOE y sindicatos como CCOO a la ruptura.
Las raíces del desencuentro: Ideología vs Gobernabilidad
El conflicto no es aislado. Chamorro destacó que la coalición PP-Vox en Ciudad Real siempre fue frágil, con choques entre visiones políticas: “Somos dos formaciones distintas, pero desde Vox buscamos cohesión, no imposición”. Acusó al PP de operar con “esquemas del bipartidismo” y resistirse al cambio que Vox representa: “Hemos alterado el mapa político de la provincia. Sin nuestros votos, el PP no gobernaría aquí ni en la Diputación”.
Además, vinculó la crisis a tensiones nacionales: “Mi rol como diputado en el Congreso, criticando al PSOE y al PP, quizás les molestó. Pero en Ciudad Real siempre fuimos constructivos”. Entre los logros de la coalición, mencionó la reapertura de la plaza de toros, mejoras en la policía local y festejos navideños.
Repercusiones y futuro incierto
La ruptura deja al Ayuntamiento en una encrucijada:
- El PP asumirá las concejalías gestionadas por Vox, aunque Chamorro insiste en que “las delegaciones pueden volver si hay rectificaciones”.
- Vox pasará a la oposición, pero advierte: “Votaremos en contra de iniciativas que promuevan adoctrinamiento”.
- El PSOE, con 8 concejales, podría ofrecer apoyo al PP para aprobar presupuestos, algo que Chamorro sugiere ya estaba “pactado en secreto”.
La batalla cultural: ¿Dónde está el límite?
El núcleo del conflicto trasciende lo político: es una batalla ideológica. Vox posiciona su discurso en la defensa de la “familia tradicional” y la libertad educativa, mientras el PP –en línea con políticas europeas– incluye perspectivas de género en programas municipales. Chamorro fue claro: “No nos oponemos a la diversidad, pero el Estado no debe suplantar a los padres. Esto es una línea roja”.
¿Y ahora qué?
Pese al tono conciliador final –“la política es plástica; todo puede cambiar”–, Chamorro admitió que el PP “ya tenía todo decidido”. La pregunta es si Ciudad Real verá un nuevo pacto PP-PSOE o si Vox, desde la oposición, radicalizará su discurso para capitalizar el descontento. Lo seguro es que la ruptura marca un precedente: las coaliciones de derechas en España enfrentan no solo diferencias programáticas, sino guerras culturales irreconciliables.
En palabras de Chamorro:
“Los ciudadrealeños no merecen esta inestabilidad. Luchamos por sus libertades, y aunque hoy nos traicionen, seguiremos siendo la voz contra el adoctrinamiento y a favor del sentido común”.
Mientras, el PP guarda silencio. Su próximo movimiento definirá si Ciudad Real se convierte en el epicentro de una nueva era política… o en el campo de batalla de un conflicto que divide hasta a los aliados.
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