Ciudad Real ha vestido hoy sus mejores galas para honrar la memoria de Manuel Marín, una figura colosal cuyo legado resuena con fuerza en los cimientos de la Europa que hoy conocemos y disfrutamos. En un acto institucional cargado de emoción y simbolismo, celebrado en el parque que ahora lleva su nombre, la ciudad natal de Marín ha recordado el 40 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, un hito histórico que cambió para siempre el rumbo de la nación.
El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, fue el encargado de abrir la jornada con una sentida alocución en la que destacó la trascendencia de la labor de Marín González para España. Con vehemencia, Cañizares subrayó la importancia capital del político en la consecución de aquel “tan ansiado” logro histórico que “cambió la vida” de los españoles: su entrada en la Comunidad Europea. El primer edil expresó el honor que representa para Ciudad Real recibir a la viuda de Manuel Marín, Carmen Ortiz Bru, y a sus hijas, Paloma y Alejandra Marín Ortiz, haciendo hincapié en el profundo vínculo que Marín siempre mantuvo con su ciudad natal. “Nunca olvidó sus orígenes, amigos y seres queridos, lo que convierte cada homenaje en un acto de justicia hacia su legado”, afirmó.
La solemnidad del evento se intensificó con el descubrimiento de una escultura en homenaje a Manuel Marín, obra del escultor valdepeñero Sergio Alonso. En este momento cumbre, un cuarteto de saxofones del Conservatorio Profesional de Música “Marcos Redondo” de Ciudad Real interpretó el emotivo “Himno a la alegría”, llenando el ambiente de un espíritu europeísta. El alcalde describió la escultura como un fiel reflejo de la inteligencia y capacidad de Marín, estratégicamente situada en un parque frecuentado por familias, con la intención de que las nuevas generaciones conozcan su legado a través del texto que acompaña la obra.
Un legado que crece: El nuevo Centro de Salud “Manuel Marín”
El acto no solo fue un repaso al pasado, sino también una ventana al futuro. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page Sánchez, anunció una noticia de gran relevancia para la ciudad: el nuevo Centro de Salud I, hasta ahora conocido como Pío XII, pasará a llevar el nombre de Manuel Marín. Esta decisión se toma en reconocimiento a su proximidad con el parque y como un tributo perdurable a su figura.
García-Page aprovechó la ocasión para adelantar “dos importantes obras” sanitarias que se acometerán prácticamente de forma simultánea en Ciudad Real capital. Se construirán dos nuevos centros de salud, reafirmando el compromiso del Gobierno regional por la mejora continua de infraestructuras y servicios a la ciudadanía. El Centro de Salud Ciudad Real 4, de nueva creación en la zona del Hospital General Universitario, se encuentra en una fase avanzada, a la espera de la recalificación definitiva de los terrenos por parte del Ayuntamiento, previéndose la colocación de la primera piedra en el primer trimestre de 2026.
Por su parte, el Centro de Salud Ciudad Real 1 se construirá en los terrenos de la anterior Delegación de Sanidad de la calle Postas, propiedad de la Junta de Comunidades, para sustituir al que se ubica en el antiguo Hospital de Alarcos. Y lo hará con un gran simbolismo, ya que, tal y como ha trasladado García-Page, “me gustaría que compartiéramos entre todos las instituciones que ese centro de salud número 1 se denomine ‘Manuel Marín’ y todo lo que él representaba”. El Plan Funcional de este centro está en su fase final, esperándose licitar el proyecto y dirección de obra en la primera quincena de septiembre. Es importante destacar que este centro incluirá el Punto de Atención 24 horas (urgencias) y la Unidad Ambulatoria de Salud Mental Infanto-Juvenil.
Un llamamiento a la unidad y el consenso en tiempos de desafío
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aprovechó su intervención para reivindicar “la unidad, los acuerdos, el consenso y la voluntad común”, tomando como ejemplo la trayectoria de Manuel Marín en esta “España de banderías en la que nos estamos metiendo de golpe”. García-Page se preguntó “qué se estaría planteando ahora Manolo Marín” al escuchar a quienes “atacan a Europa, la niegan o, incluso, quieren romperla por completo”. Subrayó la “solvencia”, “capacidad intelectual” y “gran innovación” de Marín, enfocada en perfeccionar la “convivencia”.
El presidente lamentó la “escasez de liderazgo en Europa” y la actitud de quienes “solo ven en Europa algo de dónde sacar”, o quienes “niegan que somos Europa, no que estamos en Europa, que somos Europa”. Criticó la absurda idea de que “para afirmarse como español se niega a sí mismo como europeo”, y concluyó resaltando el “legado imperecedero” de Manuel Marín, cuyo recuerdo constituye “un permanente mensaje y homenaje”.
El acto contó con la presencia de destacadas figuras del ámbito político y social, tanto a nivel regional como europeo, como el expresidente autonómico, José María Barreda, el vicepresidente segundo, José Manuel Caballero, la delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Blanca Fernández, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, y el eurodiputado Joaquín Almunia, lo que reforzó el espíritu europeísta de la jornada.
El Quijote europeo: Un modelo de honestidad y construcción de puentes
Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación de Ciudad Real, destacó la figura de Manuel Marín como “un hombre discreto, riguroso, serio y honesto”, cuya personalidad contrastaba con la gran relevancia de su legado político: “fue un constructor de la Europa que hoy tenemos y que disfrutamos, clave en las negociaciones que hicieron posible nuestra entrada en la Unión Europea”. Valverde reivindicó el papel de Marín como un ejemplo a seguir para todos aquellos que ejercen la actividad pública, lamentando que la política no siempre sea agradecida.
El presidente provincial lamentó la prematura muerte de Marín, pero afirmó que su memoria sigue viva gracias a actos como el de hoy. Hizo un llamamiento a recuperar el espíritu de consenso, diálogo y entendimiento que siempre caracterizó a Manuel Marín, especialmente en tiempos de “enfrentamiento, la confrontación y la separación”. Concluyó deseando que España se inspire en figuras como la suya, que supieron “construir puentes, dialogar y buscar consensos que a todos tanto bien nos hace y nos haría como se demostró con el Tratado de Adhesión de España a la Unión Europea”, que ha traído décadas de desarrollo, cohesión y bienestar.
El emotivo homenaje también contó con la intervención de Asunción Valdés, gran amiga de Marín, quien lo acompañó desde 1973 y lo definió como “El Quijote europeo”. Un testimonio que, junto a la amplia representación del tejido político y social de las últimas décadas en España y en Europa, selló una jornada memorable en Ciudad Real, una ciudad que hoy, más que nunca, se siente orgullosa de haber sido la cuna de uno de los arquitectos de nuestra Europa.
Para finalizar, García-Page recordó que el Palacio de Fuensalida acogerá este miércoles otro “gran acto” con el expresidente de Portugal, Cavaco Silva, y el expresidente del Gobierno de España, Felipe González, puesto que aquel documento de adhesión, suscrito el 12 de junio de 1985 en el Palacio Real de Madrid, supuso también la entrada del país luso en lo que hoy es la Unión Europea. La huella de Manuel Marín es, sin duda, un legado imperecedero que sigue inspirando y marcando el camino hacia una Europa unida y próspera.