El subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, David Broceño, confirmó este martes que el traslado de 116 migrantes alojados temporalmente en la costa catalana a un hotel de Manzanares ha sido cancelado definitivamente. La decisión, comunicada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, llega después de que la ONG Movimiento por la Paz evaluara las condiciones del alojamiento y determinara su «inviabilidad técnica y logística».
Broceño hizo el anuncio durante su participación en una jornada sobre digitalización del ciclo del agua en Ciudad Real, donde respondió a preguntas de periodistas. «La ONG ha considerado que el proyecto no era viable en este momento», explicó, subrayando que el motivo es estrictamente técnico y no político.
¿Por qué se canceló el traslado?
Según el subdelegado, la ONG encargada de supervisar la operación detectó deficiencias en el hotel de Manzanares que lo hacían incompatible con las necesidades de los migrantes. Aunque no se especificaron detalles, se insinuó que podrían relacionarse con capacidad, infraestructura o servicios básicos. Broceño recalcó que el Ministerio prioriza el «bienestar y la dignidad» de las personas, descartando opciones que no cumplan estándares mínimos.
Combate contra los bulos y la estigmatización
En un tono firme, Broceño criticó las campañas de desinformación y odio en redes sociales que vinculaban el traslado con un supuesto «aumento de la delincuencia». «No podemos permitir mensajes alarmistas que asocien migración con crimen. Son falsos y dañinos», denunció.
Apoyó su postura con datos: «La mayoría de los delitos en la provincia son cometidos por españoles. Los migrantes no merecen ser señalados por intereses políticos». Sus declaraciones apuntaron directamente a sectores de la extrema derecha, a quienes acusó de alimentar estereotipos para dividir a la sociedad.
Contexto nacional y reacciones
Este caso se enmarca en un debate recurrente en España sobre la gestión de flujos migratorios y la acogida. La cancelación refleja la creciente influencia de las ONG en decisiones gubernamentales, así como la presión por garantizar condiciones humanitarias.
Mientras, en redes sociales, la noticia ha polarizado opiniones. Colectivos pro derechos humanos celebraron la transparencia en la evaluación, mientras que grupos críticos con las políticas migratorias cuestionaron el costo económico de alternativas.
Un mensaje de responsabilidad
Broceño cerró su intervención haciendo un llamamiento a la «responsabilidad colectiva»: «La migración es un fenómeno global que requiere soluciones basadas en hechos, no en prejuicios». El episodio deja en evidencia los desafíos de articular políticas migratorias equilibradas, en un contexto donde la desinformación y la polarización amenazan el diálogo social.