La moción de censura terminó y solo los 52 parlamentarios de VOX la apoyaron.
Santiago Abascal tuvo la oportunidad de defender una moción de censura necesaria ante los desmanes de este gobierno social-comunista. La entereza del presidente de VOX es encomiable ante la agresividad de un Congreso de los Diputados que se ha empeñado en dar alas al gobierno de Sánchez e Iglesias.
El líder del PP, Pablo Casado, consiguió su portada de El País y los editoriales favorables del poder establecido y su tinglado político-financiero-económico-mediático. Recibió los parabienes de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, los dos totalitarios que dirigen los destinos de nuestra nación hacía el abismo. Decía Sun Tzu en el arte de la guerra, que “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.
La falta de cultura política de los satélites centroides; la falta de visión de la mayoría de los periodistas palmeros del consenso progre ante la realidad que vive España les hace minusvalorar las apreciaciones que hace VOX sobre la deriva totalitaria que vivimos. Algunos creen que se seguirán las prácticas de después del 78, que únicamente estamos ante un accidente pasajero y que todo volverá a su cauce; el bipartidismo volverá y la UE nos salvará. No saben a qué nos enfrentamos ni la trampa en la que se han metido.
Esta semana, pocos días después de la moción, se declara nuevamente el Estado de Alarma, pero imponiendo de antemano un periodo de seis meses, despreciando el control parlamentario. El PP vuelve a entrar en la trampa y cede dos meses de Estado de alarma a este Gobierno, mientras que VOX recurrió ante el constitucional el anterior Estado de Alarma y no apoyará este.
Malaparte y el golpe de Estado
Me viene al recuerdo, ante las circunstancias que vivimos, el libro de Curzio Malaparte, Técnica del Golpe de Estado, un libro que no tengo duda ha leído Pablo Iglesias, y en el que se señala, al hablar del golpe de Estado bonapartista, que “su fin táctico es el Parlamento; a través del Parlamento es como quiere conquistar el Estado. Solo el poder legislativo, tan favorable al juego de los compromisos y de las complicidades, puede ayudarles para insertar el hecho realizado en el orden constituido por medio de un injerto de la violencia revolucionaria sobre la legalidad constitucional”.
Malaparte dice que “…el Parlamento que consiente en legalizar el golpe de Estado no hace mas que decretar su propia muerte. No existe ejemplo en la historia de las revoluciones de una Asamblea que no haya sido la primera victima de la violencia revolucionaria legalizada por ella. Para aumentar el prestigio, la fuerza y la autoridad del Estado, la lógica bonapartista no concibe más que la reforma de la Constitución y la limitación de las prerrogativas parlamentarias. La única garantía de legalidad para el golpe de Estado bonapartista consiste en una reforma constitucional limitando las libertades publicas y los derechos del Parlamento. La libertad: he aquí el enemigo”.
“Entre los peligros a los cuales está expuesto el golpe de Estado moderno, uno de los mas graves es la vulnerabilidad de los Parlamentos. Todos los Parlamentos, sin excepción son más o menos vulnerables. El error de las democracias parlamentarias está en su excesiva confianza en las conquistas de la libertad, cuando nada es más frágil en la Europa moderna. Es una ilusión peligrosa creer que el Parlamento es la mejor defensa del Estado contra una intentona bonapartista, y que se puede defender la libertad con la practica de la libertad misma y por medio de las medidas policiacas”.
La realidad hoy
Es cierto que hoy el contexto no es el mismo en el que Curzio Malaparte escribía su libro, pero lo que se escenificó la semana pasada en forma de consenso contra la moción de VOX en el Congreso de los Diputados fortalece a este Gobierno; el Cordón sanitario contra VOX firmado entre el PSOE, los proetarras de Bildu, Podemos y el resto de separatistas, define el Frente Popular. Las felicitaciones de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez al discurso de Pablo Casado es definitorio; los ruegos del PP y Cs a un consenso con el PSOE, que no viene ni se le espera, son bastante patéticos. La fe de Cs y PP en que la UE nos salvará es no conocer la realidad internacional que vivimos. Todo ello unido a los gritos desesperados del poder establecido, económico y mediático, a un Gobierno con una hoja de ruta totalitaria evidente, hacen que la situación sea mucho más preocupante por el despiste generalizado.
VOX tiene meridianamente clara la situación en la que nos encontramos, quiénes son los socios de Gobierno de Sánchez y la hoja de ruta a la que nos enfrentamos.
Los insultos, las piedras en el camino, la soledad en nuestro empeño no nos detendrán. Utilizaremos todos los medios democráticos a nuestro alcance, incluido el Parlamento, pero no solo, para salvar España y la Libertad de este gobierno socialcomunista que nos lleva al cambio de régimen, ante la impavidez de quienes deberían compartir trinchera con nosotros.
Ricardo Chamorro Delmo
Diputado Nacional de VOX por la Provincia de Ciudad Real