Campo de Criptana ha celebrado este lunes de Pascua la festividad en honor a su Patrona cuando se cumplen 800 años de la aparición de la imagen de la Virgen de Criptana según se puede leer en la inscripción de su ermita
Ciudad Real Noticias.- La jornada comenzó con la misa en honor a la Patrona y después tuvo lugar la procesión por el entorno de la romería.
Para el alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro, esta Semana Santa ha sido “histórica” ya que todo el pueblo se ha implicado en sus grandes tradiciones y también muy positiva en cuanto a número de visitantes, pues la buena temperatura ha acompañado en estos días festivos. Se cierra así una Semana Santa de Criptana que apuesta por las tradiciones, por el patrimonio material e el inmaterial, como es esta celebración.
Un día en el que además se conmemoran 800 años desde que se apareció la imagen de la Virgen. A partir de mañana “se celebrarán numerosos actos en la parroquia en estos dos meses que la Virgen acompañará al pueblo”, afirmaba el Presidente de la Hermandad, Jesús Delgado.
La Delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Carmen Teresa Olmedo, ha querido estar presente en este importante día para los criptanenses, a quienes ha felicitado ya que “esto une a todos los vecinos. Especialmente también quiero dar las gracias por la gran labor que hacen las hermandades para el mantenimiento de las tradiciones”, agradecía a su vez la invitación de Hermandad para acompañarles en esta ceremonia que se celebra desde hace 476 años.
En cuanto al turismo, Olmedo ha dicho que aún no maneja cifras oficiales pero que “por lo que he podido hablar con los diferentes sectores, tanto hoteleros y hosteleros han vivido cifras pre pandemia”, afirmaba.
Han sido unos años en los que Campo de Criptana no ha podido disfrutar del día de su Patrona pero el fervor ha sido de nuevo el protagonista haciendo historia con esos 800 años, toda una seña de identidad para la localidad.
En la emita se puede leer la siguiente inscripción:
“En el año del Señor, 1223, día tercero de Pascua de Resurrección, un labrador llamado Alonso Miguel y su mujer Esperanza, vecinos del pueblo de Villajos, después de haber orado misa y practicado algunas obras de caridad, de improviso se vieron deslumbrados y, fijando la vista ven con asombro una imagen de María Santísima, puesta sobre una piedra con su Hijo en brazos, vestida de estrellas e iluminando toda la montaña con sus brillantes resplandores”.