En un ambiente cargado de solemnidad y esperanza, Ciudad Real ha albergado este 11 de marzo un acto conmemorativo del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, celebrado en el emblemático Parque de Atocha. Con la presencia de autoridades locales, cuerpos de seguridad y ciudadanos, la ciudad manchega ha reafirmado su compromiso con la memoria de quienes sufrieron la barbarie terrorista, especialmente en el 21º aniversario de los atentados del 11M de 2004, que marcaron un antes y un después en la historia de España.
Un homenaje colectivo en el corazón de la capital
El evento, organizado por el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Diputación Provincial, comenzó con una ofrenda floral ante el monumento dedicado a las víctimas del terrorismo, donde se recordó a las 193 personas fallecidas en los atentados de Madrid. El alcalde, Francisco Cañizares, junto al presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, el subdelegado del Gobierno, David Broceño, y la delegada provincial de Hacienda, Inmaculada Jiménez, lideraron el tributo, colocando una corona de laurel como símbolo de respeto y resistencia.
Valverde, encargado de leer el manifiesto institucional de la FEMP, destacó la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas: “Hoy reafirmamos nuestro compromiso con la paz y la convivencia. Las víctimas son faros que nos guían hacia una sociedad libre de odio”. El documento, difundido a nivel nacional, subrayó la unidad europea contra el terrorismo y la defensa de valores como la justicia, la democracia y los derechos humanos.
La fuerza de la memoria: Palabras que inspiran
El alcalde Cañizares, visiblemente emocionado, resaltó el ejemplo de superación de las víctimas y sus familias: “Han enseñado a España a pasar página sin rencor, priorizando la dignidad sobre la venganza. Su legado nos hace más grandes como país”. Además, enfatizó que el dolor de los atentados debe ser una lección para construir una sociedad “más fuerte y unida, donde la violencia no tenga cabida”.
El acto no solo miró al pasado, sino también al futuro. Los asistentes dejaron mensajes de esperanza en el “olivo de la memoria”, un árbol cuyas ramas se llenaron de deseos por un mundo libre de terrorismo. Este olivo, plantado posteriormente por los servicios municipales, simboliza el crecimiento de una conciencia colectiva arraigada en la paz.
La Unión Europea como baluarte contra el terror
El manifiesto de la FEMP, respaldado por instituciones locales de toda España, recalcó el papel de las víctimas como “pilares de la resistencia civil”. Valverde insistió en que su memoria “inspira la construcción de una sociedad justa para las próximas generaciones”, mientras reconocía el trabajo incansable de las asociaciones de víctimas, claves en la preservación de la verdad histórica.
Un mensaje para el mundo: Nunca más
El evento concluyó con un llamamiento a la acción global. Cañizares cerró su intervención recordando que “la memoria de quienes nos arrebataron debe ser nuestro motor para erradicar el odio”. Por su parte, Valverde apeló a la colaboración internacional para combatir el terrorismo, destacando que Europa “ha rechazado cualquier ataque a sus pilares fundacionales: libertad, justicia y democracia”.
Un legado que trasciende fronteras
Además de las autoridades, asistieron representantes de la sociedad civil, como la portavoz del Gobierno provincial, Rocío Zarco, y las diputadas Noelia Serrano y Begoña Martín, quienes reforzaron el mensaje de unidad. El acto no solo honró a las víctimas del 11M, sino a todas las afectadas por el terrorismo en Europa y el mundo, recordando que la paz se construye con memoria y acción colectiva.
En un gesto simbólico, el Parque de Atocha, testigo de este homenaje anual, se convirtió en un santuario temporal donde el silencio y las flores hablaron más fuerte que las palabras. Ciudad Real demostró, una vez más, que recordar es resistir, y que en la unión reside la fuerza para vencer al miedo.
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