La Hospitalidad diocesana de Lourdes ha celebrado este martes la 61ª edición de la Caravana Blanca, un evento que ha reunido a más de 200 personas en un acto de devoción y solidaridad. Esta iniciativa, que comenzó hace más de seis décadas gracias a la visión de José Ballesteros, antiguo capellán del Hospital Provincial, continúa siendo un pilar de la comunidad.
Enfermos y ancianos, provenientes de residencias, centros sanitarios y hogares de toda la ciudad, se congregaron en la Basílica Catedral de Ciudad Real para participar en la tradicional misa, presidida por el consiliario de la Hermandad, Enrique Galán. Acompañado por varios concelebrantes, entre ellos Francisco Guerrero, delegado pastoral de la Salud, el acto religioso estuvo marcado por una profunda oración colectiva en la que los fieles pidieron salud a la Virgen del Prado.
El evento también contó con la presencia del alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, quien, junto al primer teniente de alcalde, Ricardo Chamorro, y los concejales Gregorio Oraá y Aurora Galisteo, acompañó a los asistentes en esta emotiva jornada. La participación de las autoridades locales subraya la importancia de esta tradición en la vida de la ciudad.
La Caravana Blanca es más que un simple encuentro religioso; es un testimonio de la unión y la fortaleza de la comunidad de Ciudad Real, que año tras año se congrega para cuidar y acompañar a los más vulnerables, pidiendo a la Virgen del Prado su protección y bendición.