Este domingo ha quedado grabado con letras de oro en la historia deportiva de Ciudad Real. El Balonmano Caserío ha culminado un sueño de más de una década al conquistar el ascenso a la Liga Asobal, la máxima categoría del balonmano nacional, en una noche mágica que quedará para siempre en la memoria colectiva de la ciudad.
Una final para la historia
El Quijote Arena, rebosante de pasión con más de 4.000 almas alentando sin descanso, fue el escenario del épico triunfo del Caserío ante el San Pablo Burgos, por un marcador de 31-27. El equipo dirigido por Santi Urdiales no falló en el momento clave y desplegó su mejor versión en una final que dominó con autoridad y corazón, sellando su ascenso a la élite quince años después de la fundación del club en 2011.
“Por fin lo hemos conseguido”, proclamó el alcalde con emoción
El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, visiblemente emocionado, participó en la entrega del trofeo junto al presidente de la Real Federación Española de Balonmano, Francisco Blázquez. La copa de campeones fue recogida por los capitanes Pablo Campanario y Francisco Ruiz, en medio de una ovación atronadora.
“Por fin lo hemos conseguido. El Caserío venía trabajando muchos años muy bien. Ciudad Real se merecía tener un equipo en Asobal”, señaló Cañizares. “Este equipo extraordinario, con un entrenador fantástico y una directiva ejemplar, ha hecho historia. Ciudad Real vuelve a estar donde merece: en la élite del balonmano”.
El primer edil quiso remarcar la importancia de este logro para toda la ciudad: “Enhorabuena al Balonmano Caserío, a su directiva, a su equipo y a toda la gente que hay alrededor, que es toda la ciudad. Estoy seguro de que este es el comienzo de una nueva era dorada del balonmano en Ciudad Real”.
Recepción oficial en el Ayuntamiento: La ciudad rinde homenaje a sus héroes
Tras el éxito deportivo, la jornada del lunes estuvo marcada por los actos institucionales. El Ayuntamiento de Ciudad Real acogió una recepción oficial al club en un ambiente festivo y de agradecimiento colectivo. Jugadores, cuerpo técnico y directiva fueron recibidos por las autoridades locales, en un acto que simbolizó la unión entre el equipo y su ciudad.
El alcalde volvió a dirigirse a los protagonistas con palabras cargadas de emoción: “Habéis cumplido el sueño de toda una ciudad, el sueño de sentirse importantes de nuevo. Ya formáis parte de la historia del balonmano de esta ciudad. Como el ascenso de 1992, el de 2025 ocupará un lugar especial en los corazones de nuestros vecinos”.
Voces del club: Un futuro prometedor
El presidente del club, Julián Amores, dedicó este ascenso “a los que están y a los que han estado desde 2011, cuando se fundó este proyecto con humildad pero con ambición”. Por su parte, el técnico Santiago Urdiales pidió “el mayor apoyo posible de toda la ciudad para consolidar al equipo en la Asobal”, subrayando que “el verdadero reto empieza ahora”.
Uno de los momentos más emotivos lo protagonizó Pablo Campanario, capitán que se despide del equipo tras esta gesta. “Me voy con el orgullo de haber formado parte de un equipo y de una ciudad que también siento como mía. Esto no lo olvidaré nunca”, expresó visiblemente emocionado.
Una celebración que desbordó la Plaza Mayor
La fiesta culminó con la salida al balcón del Ayuntamiento de jugadores, cuerpo técnico, directiva y autoridades, trofeo en mano, para compartir el éxito con miles de aficionados congregados en la Plaza Mayor. Uno a uno, los protagonistas fueron presentados en un escenario que vibró al ritmo de una ciudad entera volcada con su equipo.
Con cánticos, aplausos y emoción, Ciudad Real volvió a vivir una noche de gloria, reviviendo aquellos tiempos del mítico Balonmano Ciudad Real, con el anhelo y la convicción de que este nuevo Caserío está destinado a escribir su propia leyenda.
Ciudad Real ya es Asobal. Y esta vez, para quedarse.
