Ciudad Real Noticias.- El alcalde de Puertollano, junto con el equipo de Gobierno del Ayuntamiento, ha decidido culminar este año con un acto significativo y lleno de emotividad, recordando a los valientes trabajadores que, hace exactamente 70 años, perdieron sus vidas en el Pozo Calvo Sotelo, marcando un capítulo trascendental en la historia industrial de la ciudad.
El trágico accidente, ocurrido en 1953 en el Pozo Calvo Sotelo, propiedad de la empresa Encaso, arrebató la vida de once ciudadanos y dejó heridos a muchos más. Las navidades de ese año resonaron con el eco del dolor de la pérdida de conciudadanos y también evidenciaron la dureza del trabajo en las minas. Este suceso se convirtió en un recordatorio impactante de la incertidumbre que enfrentaban los trabajadores, conscientes de que en cualquier momento podía desencadenarse una tragedia similar.
No obstante, la tragedia no se limitó a ese fatídico día, ya que cinco años después, en octubre y en el mismo lugar, otro accidente de características similares sumió nuevamente a Puertollano en el luto. Doce mineros perdieron sus vidas en un nuevo acto de servicio, acentuando la amargura de una población que había aprendido a convivir con el riesgo inherente a la minería.
El reconocimiento propuesto por el equipo de Gobierno no se circunscribe únicamente a esos momentos específicos, sino que busca extenderse a todas las familias que han perdido a un ser querido a lo largo de los cien años de historia de la minería de interior en Puertollano. Al revisar los informes de la Estadística Minera de España, se constata que, aunque los accidentes mortales fueran escasos en el cómputo anual sobre la masa laboral, su impacto era significativo para la ciudad y los familiares afectados, tanto en pérdidas de vidas como en heridos graves.
El homenaje no olvida tampoco a aquellos que perdieron la vida en la industria Petroquímica de la región. A través de esta sencilla pero profunda ceremonia, se busca transmitir el orgullo compartido por todos los habitantes de Puertollano hacia aquellos trabajadores que, con esfuerzo, sudor y, en ocasiones, con sacrificio, contribuyeron a moldear la identidad industrial de la ciudad. Es un reconocimiento que se extiende a todos los sectores productivos, expresando gratitud a los trabajadores que, a lo largo del tiempo, han forjado el presente y el futuro económico de Puertollano, convirtiéndola en un referente en Castilla-La Mancha.
